Me informan de lo mucho que han trabajado en Benimàmet. La familia de uno de nuestros niños, Juan Blat, movilizó a todos sus amigos. Hasta 14 personas informando y participando en la cuestación. Además, otros familiares estuvieron en las mesas de Valencia. Contaron, entre otros, con la solidaridad del AMPA del CP Benimámet. Los vecinos del pueblo colaboraron con generosidad e incluso los amiguitos del colegio de los hermanos Blat pasearon las huchas en la cuestación. Aparte de su extensa familia, encontraron el apoyo de comercios, la piscina de Campanar (FESA) y algunas de las empresas y la falla ya referidas en la entrada anterior de «mesas». Quique me recuerda no dejar de mencionar agradecimientos especiales a Rocío P. Alba por el diseño del cartel y díptico, a la Sociedad Instructiva del Obrero Agrícola Musical (SIOAM) de Benimàmet por difundir en el concierto del domingo nuestra causa y recaudar colaboraciones, a la línea 0 de FGV por la difusión gratuita de nuestro cartel, a los medios de comunicación (especialmente a RTVV -y yo mencionaré aquí a Rosa Tejedor de Ràdio 9 por sus recomendaciones), a la Sociedad Española de Amigos contra el Cáncer de Valencia por sus consejos en la organización de la Jornada, al CERMI-CV, FEAPS-CV, FEAD y PVSCV por acompañarnos en la rueda de prensa (ver entrada correspondiente) y a nuestros trabajadores en el Centro y la sede por el esfuerzo extra que han realizado.
El 2 de abril: el Centro «Ángel Rivière»
El Centro de día llevó a cabo su segunda Jornada de puertas abiertas en la que nos visitaron de nuevo los medios de comunicación para hacer más reportajes y también algunas alumnas de la Universidad Católica de Valencia, que se mostraron muy interesadas por el funcionamiento del centro y por los objetos de artesanía que salen de sus talleres.
En coordinación con FESPAU (Federación Española de Asociaciones de Padres de Autistas), de la que formamos parte, y de otros organismos internacionales, hicimos el gesto del lanzamiento de globos desde el Centro de día. Los globos habían sido preparados por los chicos y todos tenían un lema, un pensamiento o una reivindicación que salió disparada hacia el cielo para que, más temprano que tarde, acabe por hacerse realidad en la tierra.
El 2 de abril: las mesas
Llegó el momento de que las huchas, los folletos, los dípticos, los pósters, las pegatinas…, todas esas cosas que habíamos estado preparando durante varias semanas, se encontraran finalmente con la gente en la calle. Pertrechados con un montón de materiales, distribuidos por las mesas y sillas que gentilmente nos cedieron la Falla Plaça de la Tenda de Benimàmet, la Falla de nuestro socio David Abad y la Asociación Cotlas (gracias a todos) nos repartimos por distintos puntos estratégicos de la ciudad y algunos pueblos. Alrededor de cada mesa nos juntamos las familias, los voluntarios, los trabajadores y muchos amigos que hicieron un generoso esfuerzo por intentar explicar, a quien nos lo requiriera, las necesidades de las personas con autismo y las reivindicaciones más importantes que llevamos a cabo.
Los que hemos estado en las mesas, nos hemos topado con situaciones muy variadas. En muchos casos, la gente seguía su camino indiferente. Otros se detenían y se interesaban por nuestra labor o por el trastorno en general. En algunas mesas me comentaron una experiencia bastante común: mucha gente pasaba de largo (todos estamos un poco
cansados de que nos pidan siempre dinero por la calle), pero en cuanto escuchaban la palabra «autismo» bastantes se detenían. Incluso algunos, que habían apresurado la marcha al pasar a nuestro lado, le daban vueltas a la palabra en su interior por unos instantes y regresaban poco después para coger un folleto o hacer una donación. Nos topamos con gente cercana a nuestras vivencias que se quedaba a hablar con nosotros, familiares de personas con otros tipos de discapacidades sobre todo. Seguro que muchos de vosotros tenéis alguna anécdota de este tipo: alguien os habrá contado historias semejantes a las nuestras y quizá os apetezca contarlas. Os animo a que escribáis comentarios desde el enlace que aparece al final de esta noticia con historias de nuestro día 2 de abril.
A mí, por ejemplo, me impresionó particularmente un niño de unos nueve años en la mesa de la calle Navellos, junto a la Casa de los Caramelos y al lado de la puerta de un centro escolar. Era el momento de salida del colegio y había una aglomeración importante de chavales que se quedaban muy contentos si les regalaba algunas de nuestras pegatinas. Pero entre toda esa algarabía, aquel niño se mostraba concentrado, observando la mesa con seriedad y un punto de madurez que no veía en los otros chavales. Como tenía a mano un folleto se lo dí y empezó a mirarlo con detalle, como si fuera un adulto. Realmente, la actitud del chiquillo impresionaba. Contrastaba muchísimo con el resto, que no dejaba de pedirme pegatinas y de saltar alrededor de la mesa. Conversé con él brevemente. Me comentó que tenía un hermano más pequeño, que era «minusválido». Le trataban en la Cruz Roja y me explicó algunos detalles muy generales de su vida. Pero fue muy breve. Luego se marchó con el folleto, como reconfortado de compartir con alguien que le comprendiera lo que era la vida con un discapacitado. Como nos pasa, en general, a los padres. Pero visto en un chaval con una actitud tan madura, me dejó bastante impactado.
Por lo demás, hay que hacer mención especial a la intendencia que se ocupó de transportar las mesas, sillas etc. Nuestro enlace principal entre las mesas y la sede fue «la chica de la moto», nuestra psicóloga Amparo Blanquer. Nos iba proveyendo de lo que necesitábamos y se llevaba las huchas más pesadas. También nos dejaba algunas de las horchatas Chufi que generosamente nos regaló la empresa que las produce y que, en mi caso, fueron a parar mayoritariamente a las manos de la chavalería del colegio que tenía al lado de la mesa, para desesperación de mi compañera Anabel. El otro dispositivo fundamental de transporte fue
el de las mesas y sillas, a cargo de Quique Blat y Miguel Tormo. Llegaron al rescate cuando el frío y el cansancio comenzaban a hacer mella en nuestro ánimo. A ellos todavía les quedaba un buen rato de trabajo. ¡A saber a qué hora acabaron! En cualquier caso antes de la 1, porque a esa hora Quique y yo todavía intercambiábamos emails hasta que me dijo que me fuera a dormir de una vez.
Los que podáis, dadme más noticias o fotos para ir completando nuestra experiencia del 2 de abril. Intenté acercarme a unas cuantas mesas, pero hay otras de las que no sé nada. También quiero extender los agradecimientos para la organización de este día al Instituto Cartográfico, que nos ha apoyado en la elaboración de los materiales, a Bancaja, que nos dio una ayuda acorde a la crisis económica que padece el país, y a todos aquellos que me sugiráis en vjbenet@gmail.com y que no he citado hasta ahora porque desconozco su participación o se me ha pasado. Gracias.